PROLOGO

Se pretende que sea éste un espacio dedicado a entretener y deleitar (... a través de la fotografía fundamentalmente) ... a dar a conocer (...o traer al recuerdo) ciertos monumentos o espacios situados en el término o cercanías de Lahiguera. ...a llamar la atención por el estado de abandono y deterioro de muchos de ellos, ...y si llegara el caso, a remover la conciencia de todos los que somos "herederos" de tales monumentos y espacios, y que con nuestra aportación ayudásemos a la conservación de los mismos.

miércoles, 24 de abril de 2024

LA CAÍDA SIGNIFICATIVA DEL PRECIO DEL ACEITE DE OLIVA EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS.

LOS OLIVAREROS TIENEN ELEVACIÓN DE GASTOS DE CULTIVO, ENERGÍA, RIEGO, FERTILIZANTES, MANO DE OBRA, Y GASTOS ADMINISTRATIVOS, SIN ENTENDER EL COMPLICADO MUNDO QUE INTERMEDIA ENTRE LOS PRECIOS.

Hemos comprobado en semanas pasadas la caída significativa del precio del aceite de oliva, la más notable en poco más de un mes. Se espera que la tendencia en el costo del oro líquido continúe a la baja de manera progresiva durante los próximos días

El mercado del aceite de oliva ha experimentado un giro radical en su precio durante la última semana en Andalucía, la principal región productora de este preciado líquido tanto a nivel nacional como mundial.

Según los datos recopilados por el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía, organismo responsable de monitorizar los precios del aceite de oliva en la región, se ha registrado una notable disminución en el costo del oro líquido.

En la última semana registrada, con fecha de referencia del 18 al 24 de marzo, el precio del aceite de oliva virgen extra ha descendido a 8,14€ por kilogramo producido, marcando así la cuarta baja consecutiva desde el 26 de febrero, cuando alcanzaba los 9,09€ por litro en el mercado. Precisamente en febrero, la demanda del aceite de oliva cayó un 25,4% motivada por su elevado precio.

Esta disminución, la más significativa en más de un mes, se produce en una región que, según datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca, contribuyó con el 81,7% de la producción nacional de aceite de oliva durante el año 2018-2019, y aproximadamente el 47% de la producción mundial.

En el mercado oleícola actual, la oferta del aceite es un factor determinante en la variación de su precio, junto con la cantidad disponible para la venta y la demanda del consumidor. Ante este panorama, se prevé que la tendencia a la baja en el precio del aceite continúe en los próximos días, aunque se espera que dichas fluctuaciones se produzcan de manera gradual y no abrupta.

Los españoles gastaron un 6,2% más en la cesta de la compra en febrero, con el aceite de oliva disparado, y la demanda del aceite de oliva cae un 25,4% motivada por su elevado precio, mientras aumenta la de girasol (31,6%) y la de orujo (84,2%)

Las familias españolas elevaron el gasto destinado en llenar la cesta de la compra un 6,2% durante el pasado mes de febrero. Esta subida vino fomentada por el repunte de la demanda, que aumentó un 4,1%, a diferencia del precio promedio que experimentó un crecimiento del 2%. Se trata del nivel más bajo marcado desde que comenzó la inflación, según los últimos datos publicados por NIQ.

Y es que la alimentación incrementó sus ventas en valor en un 6,4%, también lo hicieron las bebidas, en un 6,3%, mientras que las secciones de droguería y perfumería aumentaron en un 5,5%. Dicho crecimiento vino impulsado por el aumento de la demanda, concretamente del 3,1% para alimentación, del 5,8% para bebidas y del 4,3% para los productos de cuidado personal y del hogar.

Igualmente, los datos extraídos del informe dejan ver que se produjo una mayor contención en el incremento de los precios durante el mes de febrero en comparación con los datos de meses anteriores. Ocurrió así especialmente en droguería y perfumería, donde se elevó tan sólo un 0,5%, o en bebidas, que se alzaron en un 1,2%, frente al 3,2% más de los alimentos.

En cuanto al desglose por canales, destaca sobre todo la trayectoria de las ventas “online”, que aumentó en valor un 12,8%. También en los canales físicos, destacando los grandes supermercados, con un crecimiento del 8,5% en comparación con el mismo periodo del año precedente. Le siguen las perfumerías, con un incremento del 6,5%; las estaciones de servicio, con una subida del 6,3%; los supermercados medianos, con un incremento del 4,5%; los supermercados pequeños, con un alza del 4%; y los hipermercados, con el 0,5%.

Por otra parte, si nos centramos en aquellos productos que más han elevado su coste, observamos que el aceite sigue encabezando el ranking de subidas con una holgada distancia, especialmente el aceite de oliva y el de oliva virgen, los cuales ya han experimentado alzas interanuales del 76,7% y el 75,8% respectivamente. También lo ha hecho el de oliva virgen extra, con un incremento del 66,2%.

Además, este alza está influyendo en la demanda, la cual sufre una reducción del 25,4% para el aceite de oliva, o del 10,6% en el caso del aceite de oliva virgen extra. En cambio, el de oliva virgen disminuye en menor proporción sus ventas en volumen, concretamente un 2,2%. Y es, como consecuencia de estos precios al alza, los consumidores han modificado sus compras y optan por otros tipos de aceite más económicos, como el de girasol, que en el mes de febrero registró una caída en su precio del 31,6%, a la vez que vio aumentar su demanda en un 20% respecto al mismo mes de 2023. Por su parte, sobre el aceite de orujo, si bien su peso, de forma cuantitativa, es notablemente menor comparado con el resto de aceites, destaca su demanda del 84,2%, pese al incremento de su coste, un 28,9% más.


Más allá del aceite, hay más alimentos que han experimentado un crecimiento en sus precios. Estos son las aceitunas y encurtidos, que registran aumentos del 13,4%, seguidos de los zumos de frutas (+10,8%), las verduras congeladas (+10,7%), los chocolates (+8,8%), el queso tradicional (+8,7%) o los espumosos, con un 7,8% más.

Por el contrario, entre los alimentos que han experimentado reducciones importantes en su precio promedio respecto a febrero del año previo, destacan algunos lácteos, como el queso rallado, que se contrae un 8,1%; la mantequilla, con una reducción del 7%; los quesos blancos pasteurizados, un 6,3%; el queso fundido, un 3,5%; la leche líquida y bebidas vegetales, un 2,3%, y los yogures, que reducen su coste un 1,6%.

Y no sólo los lácteos han visto reducir sus precios, también bajan en comparación con el año anterior productos relacionados con el tratamiento facial, que caen un 6,8%; las celulosas de hogar, con un descenso del 6%; la margarina, que baja un 5,8%; los dietéticos, un 5,5%; los detergentes de la ropa, un 2,9%; o los postres preparados y los platos preparados refrigerados, con una disminución del 2,6% y del 2%, respectivamente.


En cuanto a las marcas blancas, han registrado un incremento del 9,8% durante el mes de febrero, frente al incremento del 3,4% de las marcas de fabricante. Por su parte, las ventas en volumen suben un 7,1% en el caso de las primeras y en un 0,5% para las segundas.

Ya en los últimos datos registrados en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) correspondientes a la semana 13 de 2024 (del 25 al 31 de marzo) confirmaron una bajada progresiva en todas las categorías de aceite de oliva durante las últimas cinco semanas. Así, frente a las cotizaciones máximas de la actual campaña, que marcaron un coste de alrededor de 9 euros por litro para el virgen extra y de 8,5 euros para el virgen a principios de este 2024, los precios habían descendido hasta situarse a finales de marzo en los 8,21 euros por litro en el virgen extra y a 7,79 euros por litro de virgen. Aun así, cabe decir que este preciado líquido ha incrementado su precio medio un 61,7% de media respecto a la campaña pasada, según los datos del MAPA.

Esta caída de los precios que se ha registrado a lo largo de los últimos meses tiene lugar en un contexto en el que la producción de aceite de oliva ha excedido en tan sólo los primeros cuatro meses de campaña (es decir, de octubre a enero) las expectativas iniciales de cosecha que se tenían para la campaña completa 2023-2024. En concreto, ha ascendido a 831.000 toneladas en el acumulado hasta febrero.

Recordemos que a principios de junio del año 2023, aún se podía encontrar aceite en los supermercados a 5,20 euros el litro, pero en agosto, ni dos meses después, fue casi imposible encontrarlo a menos de 6,50. Eso supuso una subida de en torno al 25% en un contexto en el que los alimentos están un 10,8% más caros que el año pasado: una barbaridad tras otra.

Desde junio, el litro de marca blanca se ha encarecido cerca de un 25% y productores y envasadores asumieron que ese año habría otra mala cosecha salvo que hubiera venido un otoño lluvioso, que no llegó.

Coste de producción del aceite de oliva, de subida de la inflación, y la reducción de cosecha en el año 2023.

Los riesgos que acechan al aceite de oliva son: cosechas menguantes, precios al alza y fusiones de empresas.

Por otra parte los titulares económicos no dejan de publicar que la subida de la fruta y el aceite truncan la moderación de los precios de los alimentos, algo que parece hacer al sector olivarero culpable y no víctima de la disminución de producción con los efectos de la sequía en los olivares sedientos, a pique de rozar la subsistencia en muchos casos con olivares pajizos por la falta del líquido alimento. Se decía: El precio del aceite de oliva se dispara y va para largo: “Se avecina un desastre económico y social en el sector del olivar”, “Los alimentos diluyen la moderación de la inflación al estar un 10,8% más caros que hace un año”.

Los alimentos y bebidas sin alcohol fueron en julio de 2023 un 10,8% más caros que en el mismo mes del año anterior y acumularon un incremento de precios del 30,8% desde hace cuatro años, desde el último julio previo a la pandemia, en 2019, según los datos de inflación definitivos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta subida desorbitada de la cesta de la compra (en julio los alimentos experimentaron una subida del 0,8% en un sólo mes, frente a junio) diluyó la moderación que había experimentado la inflación en términos generales en los últimos meses, al pasar del 6% a principios de año a situarse ahora en torno al 2%, concretamente en el 2,3% en julio, niveles considerados razonables por el Banco Central Europeo (BCE).

En junio de 2023, la inflación alcanzó lo que previsiblemente sería su mínimo del ejercicio, el 1,9%, pero los expertos previeron que de aquí a final de año se encarrilara de nuevo la senda ascendente hasta cerrar en diciembre en niveles cercanos al 5%. Esta subida se debió a la comparativa con unos meses de 2022 en los que la evolución de los precios varió mucho, pero en 2024 sí se espera una moderación más sostenida hasta el promedio del 3%.

En cualquier caso, lo verdaderamente preocupante es que la inflación subyacente, que excluye la evolución del precio de los productos energéticos y de los alimentos no elaborados, por ser tradicionalmente más volátiles, estaba en niveles muy elevados: el 6,2% interanual en julio del 2023. Este indicador es utilizado por el Banco Central Europeo (BCE) para medir la inflación tendencial que mantendrá una economía a medio plazo, por lo que da pistas de que los precios seguirán subiendo por encima de lo recomendado y de que la institución que preside Christine Lagarde tendrá que seguir elevando los tipos de interés y, con ello, apretando a los hipotecados. Se busca, así, precisamente, que la economía se enfríe, el consumo se ralentice y la inversión se frene, para que, en última instancia, la inflación baje.


El BCE alertó precisamente, en su boletín económico, de que la inflación de los alimentos podría seguir acelerándose en los próximos meses, debido a los incrementos salariales que se están produciendo en muchos países, al problema del cereal con Rusia y al clima extremo que se vive en Europa, con sequías devastadoras e inundaciones sin precedentes, que se traducirán a corto plazo en una caída de la oferta de alimentos disponibles para el consumo, con lo que se provoca el alza de los precios.

Los alimentos son los productos de consumo que tiran de la inflación hacia arriba, presentando en el pasado julio las subidas más acusadas (del 10,8% en media); seguidos de las bebidas alcohólicas y tabaco, que subieron un 7,8% interanual; del ocio y cultura, que experimentan un incremento del 7,2%; y de restaurantes y hoteles, que son un 6,5% más caros que en julio de 2022.

Cuando se analiza uno a uno los productos que consumen los ciudadanos, se observa que el mayor subidón de precios en el último año lo ha experimentado el azúcar (un 44% más cara que en julio de 2022), seguida del aceite de oliva (+33,8% interanual en julio), las patatas (+22,9%), el arroz (+22%), las frutas en conserva (+19,4%), los productos de confitería (+18,2%) y la mantequilla (+17,9%).

Evolución del IPC en una década (2013 a 2023) en Andalucía, y Tasa de variación en los últimos tres años.


Frente a junio, las etiquetas que han experimentado un incremento superior son las de la fruta (+8,8% mensual) y, en menor medida, a los aceites (+5% el de oliva) y el pescado y marisco (+1,3%).

Aunque la inflación ha seguido una tendencia descendente desde el inicio de año y en junio de 2023 (último dato disponible de Eurostat) era de las más bajas de la Unión Europea, los expertos de Funcas ya esperaban que volviera a subir, según los siguientes cálculos: hasta el 2,5% en agosto, el 3,5% en septiembre, el 4,1% en octubre, el 4,7% en noviembre y, para cerrar el ejercicio, el 5% en diciembre de 2023.

Este aumento del índice en la segunda mitad del año fue acompañado de una desaceleración económica y llevó a la inflación a quedar en promedio en torno al 3,9% en el conjunto de 2023, frente al 8,4% registrado de media el año pasado, según sus previsiones.

La inflación subyacente, por su parte, se quedará enquistada en el entorno del 6% hasta converger con la general en el 5% a final de año. Los alimentos seguirán siendo los productos con subidas más acusadas, que podrían verse además agravadas por la situación de sequía.

La escalada de subida del precio del aceite de oliva.

Desde mediados de junio de 2023, el precio del aceite de oliva, el de marca blanca, subió un 25%. Si en junio se podía encontrar en los lineales por 5,20 euros el litro, a mediados de agosto, fue difícil hallar alguna botella por menos de 6,5 euros. Eso en las enseñas propias de las cadenas de supermercados. Si es de marca, el litro roza los 9 euros o los supera en el caso del virgen extra. De hecho, el aceite, junto a la fruta empujó al alza la inflación en julio. Si el IPC general creció a un ritmo del 2,3%, los alimentos llegaron a agosto un 10,8% más caro que hace un año.

En el caso del aceite, esta escalada de precios no parece haber tocado techo y se ha traducido en una caída de ventas y un trasvase a las variedades más baratas. La caída de las ventas, según los datos que publica el Ministerio de Agricultura, llegaba al 30%.

Detrás de estos precios está una de las peores cosechas del siglo en España, principal país productor del mundo. “Lo que ha sucedido es que hemos tenido la peor campaña en muchos años, con 660.000 toneladas”, indica Cristóbal Cano, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) Andalucía. La última cosecha ha sido la mitad de la que se suele alcanzar en un año normal. Una en la que la sequía no haga mella.

Por esas fechas Cano decía: “Lo vivimos con mucho pesar, porque las perspectivas (para la cosecha que comenzará este otoño) son muy malas y nunca se habían dado dos cosechas seguidas malas. Ahora mismo estoy entre olivares y me cuesta ver aceitunas”.

El responsable de UPA Andalucía también apunta que a la baja producción se suma el incremento de costes que han tenido que asumir los olivareros en los últimos dos años, que llevan el precio del aceite de oliva en origen por encima de los 8 euros el kilo. “Pero en esta situación, sin cosecha, el precio pasa a segundo plano”, sentencia.

Esa ecuación de producción menguante y costes disparados también la ven los envasadores. “Los olivareros tienen unos gastos de cultivo, energía, riego, fertilizantes, mano de obra, que han subido. Todo eso con una cosecha que es menos de la mitad. Y eso se tiene que notar en los precios”, argumenta Primitivo Fernández.

En otros países de nuestro entorno, como Marruecos, Túnez e Italia, la evolución de la producción no es muy diferente. En cambio, en Turquía la última cosecha fue casi el doble. “Han llegado a 400.000 toneladas, pero es que nosotros hemos caído 700.000, con lo que la disponibilidad de aceite de oliva en el mundo es inferior y eso también se nota”, ahonda Fernández.

En cuanto al precio de este alimento esencial en la dieta mediterránea, los últimos datos publicados por el ministerio indican que, de media, en origen el aceite de oliva virgen extra en las últimas cinco semanas está en 615,31 euros por cada 100 kilos. A mediados de 2019, se quedaba en torno a 230 euros; y en 2020 bajó de 200. En otras palabras: en tres años, el precio de la variedad más apreciada se ha triplicado. Y eso en un entorno donde la inflación ha golpeado a todos los productos de la cesta de la compra y ha restringido el poder adquisitivo.

Pero lo peor puede estar por llegar. “Se avecina un desastre económico y social en el sector del olivar y parece que nadie hace nada”, lamenta Cristóbal Cano. El anhelo, que llueva a partir de septiembre, pero no de forma torrencial. Eso pondría las cosas aún más cuesta arriba.

“Lo que necesitamos es un otoño generoso en lluvia y en temperaturas”. Estas fueron especialmente altas en primavera, lo que dio “al traste con la floración”, indica el responsable de UPA Andalucía. “Llevamos más de dos años de sequía. Necesitamos que revierta la crisis climática”, ahonda. También, que “tanto el Gobierno como las comunidades autónomas pongan ayudas sobre la mesa. No hay cosecha, no hay jornadas y las cooperativas y almazaras se están planteando unirse porque tienen unos gastos fijos que las estrangulan”.

Y, en esta situación, no queda otra que estar pendiente de la previsión meteorológica. “Necesitamos que cambie el ciclo, que sea un otoño lluvioso, pero hay que ser realistas, aunque llueva será una cosecha corta, no para tirar cohetes, porque no hay aceitunas. Si tenemos suerte, puede que no sea tan corta como la que ahora termina”, confía el director de la patronal de las empresas envasadoras.

De lo que no habla Primitivo Fernández es de cómo pueden evolucionar los precios. “Lo tengo prohibido, tengo 60 empresas en la asociación y las autoridades de Competencia me pueden decir que eso es una práctica anticompetitiva”, justifica.

Sí puede hablar de cómo han evolucionado las ventas. Asegura que, a día de hoy, la caída media de consumo ronda el 35%. “Compramos menos, sin duda; de aceite y de otras muchas cosas”, resume. “El de oliva es el más caro de todos los aceites y los hogares con menos poder adquisitivo lo han abandonado. La industria alimentaria lo mantiene, pero en los productos de más calidad. Antes, ese consumo se iba al aceite de girasol, pero este año no está pasando. El girasol también cae, aunque no tanto”. Simplemente, se compra menos.

Si en España las ventas de aceite de oliva caen, a las exportaciones no les va mejor. “En volumen, han descendido un 40% hasta mayo”, asegura Rafael Pico, director de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva).

El “peligro”, señala, “es la combinación de escasa disponibilidad y precios altos”. También, que en otros mercados hay muchos más productos alternativos. “Fuera hay infinidad de aceites: algodón, aguacate, soja”, cita Pico como ejemplos.


Además, el consumidor es menos fiel que el español. “En las exportaciones hay dos mercados. El de marca, que es más estable; y el de granel, que se va al más barato. Y en todos hay caídas, salvo en Estados Unidos, donde el consumo de aceite de oliva se mantiene, aunque ha habido un trasvase al producto de otros países, como Turquía”, explica.

Los últimos datos publicados por el Ministerio, de los primeros seis meses de 2023, apuntaban que se habían exportado 351.000 toneladas, cuando un año antes se rozaron las 500.000. Los principales destinos: Italia (más de 71.000 toneladas), Estados Unidos (56.000) y Portugal (44.000). También hemos importado más aceite, algo más de 116.000 toneladas, cuando la media de años anteriores estaba en 106.000. Viene, sobre todo, de Portugal, Túnez y Turquía.

En esta situación, el Gobierno pide que los precios no se disparen y evitar la especulación. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reclamado en varias ocasiones que se mantenga la comercialización “a precios razonables” para que el aceite de oliva siga siendo “utilizable por la mayoría de españoles” sin lastrar tampoco las exportaciones.

Estamos hablando, por supuesto, del aceite de marca blanca. El aceite de marca (y, más aún, si se trata de virgen extra) no baja de los nueve euros. No obstante, esto es solo la anécdota. El problema está un paso más allá.

Una larguísima cuenta atrás. Y es que, por mucho que nos sorprenda, el precio del aceite no parece estar cerca de su pico. Y tiene cierta lógica. Hasta finales de septiembre o principios de octubre, cuando la Junta de Andalucía publica el aforo del aceite de oliva, no hay una estimación precisa de cómo será la temporada del año que viene.

Cotizaciones del aceite de oliva desde el 1 de agosto de 2020 y el 21 de agosto de 2023.

Todos los años, los técnicos de la Junta de Andalucía visitan almazaras, recorren olivares, recogen los datos de la red de alerta e información fitosanitaria, unifican los datos de las delegaciones territoriales, analizan los problemas meteorológicos, hídricos y climáticos; y, con todo eso, realizan el aforo. La gran estimación sobre la producción del aceite de oliva y la aceituna de mesa en la comunidad.

El de este año acaba de salir. Los datos son devastadores.

La superficie de olivar alcanza las 1.638.320 ha, de las  cuales un 5 % (81.926 ha) son de variedades destinadas  preferentemente a aceituna de mesa.

Producción: Valor de la producción

La producción media en las últimas cinco campañas  se sitúa en: 5,6 millones de toneladas de aceituna de almazara.

1,1 millones de toneladas de aceite.

479.252 toneladas de aceituna de mesa.

Superficie provincial de olivar (ha)

Jaén                                    588.252

Córdoba                              371.134

Granada                            206.694

Almería                                22.026

Cádiz                                    30.845

Huelva                                 35.749

Málaga                              141.405

Sevilla                               242.215

Sector industrial

En la campaña 2021/2022 se registró producción en 802 almazaras y 222 entamadoras en Andalucía.

En total se encuentran registradas como activas 868  almazaras y 224 entamadoras.

(Superficies provinciales de olivar de almazara y de mesa. Fuente: Anuario de Estadísticas Agrarias y Pesqueras (CAPADR). 6)

Jaén concentra el 38 % de la superficie de olivar de almazara, seguida por Córdoba con un 24 % y Granada con un 13 %.

Un 70 % de la superficie de olivar de variedades destinadas preferentemente a mesa se ubica en Sevilla, pero hay que tener en cuenta las variedades de doble aptitud que se concentran en Córdoba y Málaga.

           Olivar para almazara (ha)         Olivar para mesa (ha)                   Superficie (ha)

PROVINCIA

Almería                               21.944                                               82                                  22.026

Cádiz                                   30.810                                               35                                  30.845

Córdoba                           368.822                                          2.312                                 371.134

Granada                          206.661                                                33                                206.694

Huelva                                21.456                                         14.293                                   35.749

Jaén                                  588.095                                              157                                 588.252

Málaga                             133.808                                          7.597                                 141.405

Sevilla                               184.798                                        57.417                                  242.215

Andalucía                     1.556.394                                        81.926                              1.638.320

(Superficies provinciales de olivar de almazara y de mesa Fuente: Anuario de Estadísticas Agrarias y Pesqueras (CAPADR). 6)

Se espera que la producción de aceite de oliva de la UE crezca y alcance los 2,5 millones de  toneladas para 2031, impulsada por la mejora de la rentabilidad y la creación de valor. Sin  embargo, el cambio climático seguirá siendo  un desafío, lo que provocará variaciones anuales en el rendimiento y la calidad del  aceite.

Dado que el consumo per cápita sigue siendo bajo en los principales destinos de  exportación de la UE, el potencial de crecimiento es alto. El incremento del  consumo en la UE debe ser impulsado por los  países no productores. (Perspectivas del aceite de oliva en la  Unión Europea.Fuente: EU agricultural outlook for markets, income and environment, 2021-2031. Comisión Europea (2021).)

Según las proyecciones de la Comisión Europea, el consumo más las  exportaciones se equilibrarán con la producción más las importaciones a partir de la campaña 2023.

¿Qué es el aforo y por qué es importante? Aunque es poco conocido, el aforo de la producción de la aceituna es quizás la radiografía anual más precisa del campo español. Se trata de un análisis técnico objetivo que involucra muchísimos datos y modelos estadísticos bastante complejos para realizar una estimación lo suficientemente precisa como para organizar una campaña tan compleja (por extensión espacial, brevedad temporal y movilización de recursos) como la del olivar.

Históricamente, las desviaciones medias entre la producción real con la previsión del aforo no suelen superar el diez por ciento. Sobre todo, porque los datos finales depende también de la evolución meteorológica de la región (por ejemplo, si hay o no lluvias hasta la recogida). Sea como sea, es un dato crucial porque independientemente de la producción final, marca los movimientos especulativos del precio del aceite. Y eso, en el pasado pleno otoño negro, es un enorme problema.

Una catástrofe sin paliativos. Y es que el aforo acaba de confirmar que el olivar se ha visto “seriamente afectado” por las condiciones meteorológicas, por la “pertinaz sequía” y por temperaturas por encima de la media. Estos factores han actuado durante todo el año, pero especialmente durante los meses de la floración, que son especialmente críticos en la producción. A todo esto, hay que sumar el “estrés hídrico” que están sufriendo los olivos desde hace años.

Por todo ello, los técnicos de la Junta estimaron en su momento que la producción de aceite de oliva en Andalucía para la campaña 2022-2023 sería de 587.000 toneladas. Por aterrizar los datos, esto supone un descenso del 49,1 por ciento respecto a la producción final de la temporada anterior y un descenso del 47,5 por ciento con respecto a la media de las cinco últimas campañas.

La crisis del aceite de girasol ya afectó directamente al aceite de oliva: ya subió un 20% y esto parece ser que es solo el principio

No se salva ninguna provincia. Pero en Jaén, principal productora mundial, la situación fue peor y el aforo previó una bajada del 60 por ciento con respecto al año pasado y del 59,8 por ciento frente a la media de las cinco últimas campañas. El impacto económico en la provincia se vaticinaba muy considerable y todo hace pensar que el precio del aceite iba a dispararse desde ya.

La temporada negra del aceite de oliva. Aunque es pronto para ver el efecto en el precio del aceite, se espera una subida grande y generalizada. Sobre todo, no es el único problema con el que se enfrenta el aceite de oliva. Un número muy considerable de plantas productoras de aceite de orujo (la patronal lo cifraba en el 40%, pero era presumiblemente más bajo) no estaban trabajando desde junio porque el precio del gas hace la producción de orujo de aceite “insostenible”. Si los precios del aceite subían, era posible que algunas de estas fábricas empezasen a producir de nuevo, pero el cuadro general era muy desalentador.

¿Hacia el cambio de tendencia definitivo? No obstante, esto va más allá del precio del aceite en 2023. Y es que el consumo de aceite de oliva ha ido cayendo año tras año en la última década. No está claro cuáles son los factores sociodemográficos que están detrás, pero sí parece obvio que un encarecimiento generalizado en mitad de una de las crisis más duras de los últimos años, solo puede reforzar esa tendencia. ¿Vamos hacia una España sin aceite de oliva?

En ese momento, con lo que quede del “enlace” (el excedente del año pasado) y las previsiones de la próxima campaña, la industria podrá hacer números y ver en qué situación nos encontramos. Mientras tanto, y aunque es cierto que hay toneladas de información y análisis sobre el sector, todo son movimientos a tiendas.

Precios del aceite de oliva según categorías entre 2018 y 2021.Variaciones en la semana 37 del año 2021.

 La realidad es que el aceite de oliva ha estado más caro que nunca (y crecía la amenaza de la especulación y el desabastecimiento)

No obstante, la situación pintó mal el otoño pasado. Muy mal, de hecho. Es cierto que un otoño lluvioso podría solucionarnos parcialmente el problema, pero hay muchas cosas que ese otoño no podría solucionar: que llevábamos una campaña mala tras otra desde hace demasiado tiempo.

El año pasado, por aterrizar tan solo la campaña más cercana, recolectamos la mitad de lo que se recolecta en un año normal. Unas 660.000 toneladas Y como el año anterior ya había sido malo, las tensiones en el mercado de aceite no han cesado en ningún momento.

 

Sobre todo, porque no es solo una cuestión de la escasez de aceituna. Es también una cuestión del precio de los costos de producción (energía, riego, fertilizantes, mano de obra, gastos administrativos...). En el fondo, lo que está viviendo el campo olivarero español es una tormenta perfecta. Una pésima tormenta perfecta.

Del campo español, pero también del campo internacional. Tanto es así que, pese a que la producción turca se duplicó en la pasada campaña, no pudo compensar la caída española. Y, aunque nuestra mala cosecha fue una noticia fantástica para los productores turcos, los precios no se han podido contener.

Como muestra de esto tenemos los datos del ministerio de Agricultura. En las últimas cinco semanas, se han estado pagando (de media) 615,31 euros por cada 100 kilos. Hablamos de calidad “virgen extra”. Como referencia, mediados de 2019, se quedó en 230 euros; y en 2020 llegó a bajar de 200.

No nos llevemos a engaño, la subida de precios se enfrente también a su contrapartida económica: la caída del consumo. Lo llevamos comentando recurrentemente durante los últimos años, el país está dejando de consumir aceite de oliva. Crisis tras crisis (y con la mediación de un profundo cambio cultural y gastronómico), amplias capas de la población se han bajado de la cultura del aceite y la inmensa mayoría no ha regresado a ella.

¿Qué puede significar otra nueva crisis para este proceso de des-olivización de España? Pues esa es la gran pregunta. Sobre todo, porque estos años van a suponer un desastre económico para nuestra industria y la suma de la pérdida de competitividad internacional y el empequeñecimiento del mercado nacional pueden ser la puntilla que le faltaba.

El Olivar de Secano tradicional dejó cada día más paso al Olivar de Riego y Extensivo.

Y ese en no mucho tiempo, debería ser desplazado, por el Olivar de Arbusto en Línea, con riego hidropónico.

1º Porque la plaga de la bacteria Xylella fastidiosa, es prácticamente incontenible, y ya dejo en cenizas el olivar italiano, y ya ronda por España. Y hay que empezar a plantar nuevos olivos ya, con cepas que sean más resistentes a esa plaga.

2º Porque aun cuando la productividad por planta en explotación en arbusto es más baja, resulta que la productividad por hectárea es similar (al tener plantas más pequeñas pero más plantas por m2), y los gastos de operación son más bajos o mucho más bajos, y por tanto un mejor rendimiento. Además menos años de espera, desde que se plantan los olivos jóvenes, hasta empezar a obtener una producción mínimamente decente (por la densidad de plantas).

Y los gastos de explotación son más bajos (con el olivar de arbusto en hileras y riego hidropónico, que con el cultivo en árbol y regadío), porque se rebaja y mucho el consumo de agua, y también baja el gasto de esparcir abonos y pesticidas, pero sobre todo se hunden los costes de recogida, porque para todos esos procesos en ese cultivo (de olivo de arbustos en hilera), se usan vehículos y maquinaria muy similar, a la que se usa en explotaciones vitícolas/vinícolas.

El Ministerio de Agricultura hace ya años que debería haber empezado a dar ayudas y movilizar a los propietarios de Olivares para que empezaran a plantar así poco a poco, y si les iba bien, pues ayudas para ir saltando poco a poco a ese otro sistema.

Pero…, no caerá esa breva al parecer…, nada de mover el trasero hasta que la casa ya ha ardido…

Un modelo de almazara en Marruecos

 

 https://www.youtube.com/watch?v=CvL_3Y33ba4

Mientras tanto dando ayudas millonarias a Marruecos para que plante olivares. Somos un pueblo aborregado hacia el matadero.

https://theobjective.com/economia/2023-02-15/ue-financia-olivo-marroqui-crisis-espana/

Granada 24 de abril de 2024.

Pedro Galán Galán.

Páginas web consultadas:

HTTPS://WWW.LARAZON.ES/ECONOMIA/DRASTICO-CAMBIO-PRECIO-ACEITE-OLIVA-DESINFLA-20-ORIGEN-ALCANZAR-MAXIMO-HISTORICO-ENERO_20240409661571D35E1B1F0001387ADC.HTML

https://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2023/08/11/64d5d712fdddff5f398b45d2.html

https://www.eldiario.es/economia/precio-aceite-oliva-dispara-avecina-desastre-economico-social-sector-olivar_1_10438306.html

https://www.xataka.com/ecologia-y-naturaleza/precio-aceite-oliva-no-deja-subir-no-peor-noticia-sector-va- camino-desastre

https://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2023/08/11/64d5d712fdddff5f398b45d2.html

https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/AFORO%20ACEITUNA%20ACEITE_2018-2019.pdf

https://www.juntadeandalucia.es/sites/default/files/inline-files/2022/10/Estimacion_ACEITE_MESA_2022_23.pdf

https://theobjective.com/economia/2023-02-15/ue-financia-olivo-marroqui-crisis-espana/